sábado, 29 de septiembre de 2007

Diseccionando el engaño: Triste biopsia de la estupidez humana

Introducción:


Resulta entre cómico y triste lo fácil que es engañar a la gente... cómico el ver al engañado como un pollo, cacareando felizmente en su ilusión; triste por el gran numero de personas que, hoy en día, prefiere no abrir los ojos y acepta voluntariamente vivir engañada... ¿Necesitamos ser engañados? ¿Tanto nos gusta?... ¿Dónde está el supuesto progreso?...



Una cuestión de educación:


Siempre ha sido así... somos víctimas de nuestra formación, puesto que de ella exclusivamente depende nuestra capacidad para identificar y combatir a aquellos que pretenden aprovecharse de nosotros, aquellos que sin piedad alguna esgrimen el negro acero de obscuros argumentos velados y parásitos... Argumentos con los que desde siempre nos han engañado y manipulado a voluntad.


Toda persona que haya desarrollado el uso de algún lenguaje posee, en mayor o menor medida, un marco moral, una serie de criterios que conforman una escala de valores mejor o peor estructurada a través de la cual sopesar la información recibida y obtener conclusiones al respecto, pero a pesar de esta capacidad de juicio, en cuanto juntamos a unas cuantas personas que comparten cierto punto de vista, ocurre algo realmente curioso:



Dios los cría y ellos se juntan:


Una gran masa de gente es tremendamente propicia a la sugestión, en cuanto alcanza ciertas dimensiones, la objetividad de la inteligencia de sus individuos parece volverse inversamente proporcional a su tamaño, en detrimento de una 'consciencia colectiva' que encaja más cómodamente bajo el nombre de estupidez colectiva... Mirad sino al fan enardecido del partido de fútbol, al seguidor tontamente ciego de aquél partido político, a aquellos capaces de somatizar todo tipo de trastornos físicos en pleno éxtasis religioso, o bien sufrir una experiencia religiosa en el concierto de su grupo trastornado favorito...


Hoy por hoy, gracias a la globalización y los innumerables canales de comunicación que esta nos brinda, el mundo entero se ha convertido en algo que bien podría describirse como la acumulación de estupidez más grande de todos los tiempos, un rebaño de dimensiones descomunales, absolutamente inconcebibles hasta hace unos pocos años.


Ahora bien, ¿recae en la globalización misma la culpa de esta tontería?. Ella es directamente culpable de influir indirectamente en este fenómeno, simplemente magnificándolo; es una herramienta, y como tal la eximo de toda culpa.

Como contraparte también es ella la 'culpable' de nuestro exponencial progreso científico y tecnológico... Está más que constatado: el caudal de información, cuanto más amplio mejor; el 'inconveniente' pues, parece recaer ahora en la imposibilidad de regulación dentro de la libre circulación de dicha información. Pero la libertad de expresión es absolutamente fundamental, por lo que la eximo de toda culpa.


Y si nos remontamos a sus orígenes, esta estupidez no es más que una consecuencia provocada por emisores de información contaminada, por mentes corruptas y desaprovechadas, seres humanos que, muy resumidamente, pueden ser considerados o bien como tontos o bien como cabrones, o bien ambas cosas.

(Nótese la particular tendencia de ambas virtudes a confluir y exaltarse en ciertos presidentes de grandes superpotencias)



Ataduras del pasado:


Resquemores aparte, el hecho es que el pensamiento racional es relativamente nuevo entre nosotros, y a pesar de que hemos logrado avances y proezas nada despreciables, seguimos irremediablemente atados a gran cantidad de ideas arcaicas y vicios, de supercherías y prejuicios, de creencias infantiles y valores obsoletos... Un yugo milenario que hace siglos perdió su razón de ser (si es que alguna vez la tuvo) y aún así nos lastra contra toda aspiración de realización y progreso.


Cuando esta particular colección de reliquias es lo suficientemente amplia, esta manera atávica de entender el mundo es inoculada al recién nacido mediante su educación... Tenemos entonces un niño que, desde su infancia, es el perfecto embrión de tonto, criado para ser una oveja más del rebaño, aquél que se dejará corromper y así mismo corromperá, ocasionalmente y por pura negligencia, a otros tontos colindantes. Y esta es la más abundante de las especies, ellos son los que carecen de criterio propio y objetividad, los que aún teniendo lo peor están convencidos de tener lo mejor, mientras son explotados ya rutinaria y descaradamente una y otra vez por hordas de cabrones ávidos de sangre.

Y la historia se repite, y se repetirá...


Por otra parte, la motivación del magnífico cabrón es puro egoísmo, él ha tenido también su escala de valores, mas, en vez de hacer lo posible por mejorarla (abogando por un bien común), o conformarse con la impuesta como el tonto, el simpático cabrón la ha destruido, o simplemente ha decidido que no le hace falta y la ignora, por lo que sus acciones carecen de toda reflexión susceptible de desencadenar remordimiento, el cabrón pues, corrompe en beneficio propio, y ciertamente este lobo es un gran aficionado a la caza de ovejas...

(También podría darse el caso de que la escala de valores del cabrón exista y funcione, siempre y cuando esta haya sido lo suficientemente cabrona desde el momento en que su marco moral comenzó a tomar forma).


Tradicionalmente el mundo ha sido poblado mayoritariamente por tontos, y los pocos cabrones que surgieron se hicieron de inmediato con el mando del rebaño. Y han hecho un gran trabajo: han conseguido que esta atontada estirpe se perpetúe y crezca indefinidamente, regodeándose en su propia imbecilidad; aún hoy en día, a pesar de la gran cantidad de información a la que tenemos acceso, estos mismos cabrones recurren al engaño y lo reinventan de mil y una maneras tan imaginativas como crueles; ya no es suficiente con vendernos un montón de ideas dogmáticas para obtener un ejército de acólitos serviles, puesto que el criterio indudablemente se ha agudizado en todos estos años (y a pesar de todo dudo de mis palabras, ya que este método tiene aún en la actualidad un éxito escalofriante).


Antaño las ovejas se sentían alegres de serlo, buscaban cobijo en el grupo y esa seguridad era su principal razón de ser; hoy en día, las modernas ovejas del siglo XXI necesitan creer en un paradigma de libertad dentro del cual todo ocurre como ellas quieren. Todos quieren los beneficios del rebaño, pero nadie quiere ser uno más. Todos quieren su libertad, pero les aterra la responsabilidad que esta conlleva. Y desde luego los grandes cabrones no han hecho esperar a estos tontos y les han dado exactamente lo que (previamente les han hecho creer que) querían, los tontos son 'felices' en su nube, los cabrones mucho más. Es un espectáculo sinceramente penoso...



Rompiendo esquemas:


¿Y qué podemos hacer contra esta dinámica explotadora? Lo primero desde luego es abrir los ojos y tomar consciencia de lo que está pasando. Hemos de desarrollar una mente crítica y unos criterios propios, dignos del siglo XXI, dejando a un lado aquellas pesadas antiguallas que en contra de lo que nos quieren hacer creer, no por ser ancestrales son más ciertas ni mucho menos útiles, y hemos de procurar que nuestra escala de valores sea justamente nuestra, y no una nueva copia del arquetipo ovino de pensamiento. Atrevámonos a pensar por nosotros mismos, superemos de una vez esos miedos infundados inculcados desde siempre y no dudemos en cuestionar a la autoridad cuando esta carece de sentido alguno. Y nunca dejemos que nadie nos imponga su manera de entender el mundo. Cada uno ha de tallar su propio prisma utilizando al resto del mundo como referencia, como modelo a no-seguir con unas pocas honorables excepciones...

Y en cuanto alcancemos el equilibrio justo, en cuanto tengamos toda la inteligencia del cabrón y toda la inocencia del tonto, entonces podremos realmente considerar que hemos trascendido y formamos ahora parte de una especie muy escasa, una especie que acaba de nacer de las cenizas del inconformismo. Nietzsche lo llamaría el superhombre; yo, que acabo de rebajar a animales a gran parte del planeta, me conformo con llamarlos personas.



Fede.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estupidez humana?
He leido el primer paragrafo, creo que la gente es bastante inmadura y por eso no se dan cuenta del engaño. Nose Fede, sabes que no soy muy filosofica y que me cuesta pillar tus entradas pero opinare de vez en cuanto, vale?
Un besazo, hablamos.

Falete dijo...

amo mi blog, me encanto a mí mismo cuando escribo, pero comparado contigo solo soy 'un mierda', como diria J.M García.

Realmente escribes bien. Creo que como Francisco Umbral, aquellos buenos escritores son a los que la mayoría de las veces no les entiendes, pero sabes que están haciendo una buena obra.

Felicidades.

Anónimo dijo...

UaaaaaaaaaaaaUUUU

q crack fede!!
me encanta es increible!
personas... cuantas personas...habra en el mundo?¿
mmmm humanos araudales cierto
personas... n creo q muxas la verdad
vaya esq visto desde el pundo de vista asi se podria decir q la mayoria de la gente son humanos i n personas... yo sinceramente creo q soy un humano en proceso de persona... ya q asta hace poco la verdad esq era bastante tonta... u.u' tienes razon inocencia del tonto inteligencia del cabron
yo soy mas tonta q cabrona asin q... uff..dixo de otra forma mas inocente q manipuladora...
esto te hace reflexionar... continua escribiendo fede esto mola ^^

R.Zunzunegui

karlfm dijo...

Desde que lei tu primer artículo, pasando por el segundo y ahora este tercero, observo una sorprendente evolución de estilos. Mientras que el primero (sobre la felicidad) parecia una tesis científico-filosófica muy bien expuesta pero excesivamente fría y abstracta, el segundo (sobre la amistad), parece más bien una reacción contra algo ya que centras la amistad en su aspecto mas negativo; amistad, entre otras cosas, es reciprocidad y aceptación del desacuerdo. Esta tercera entrega (sobre el engaño), es el resultado libre de una catarsis bien planeada y bien resuelta, porque muestra el pensamiento racional de un ser que piensa y la inteligencia emocional de un ser que siente; ideas y pasión juntas, cerebro y emoción, reflexión e imaginación, eso es lo que intenté decirte en mis anteriores opiniones y que, posiblemente, catapultaron un revulsivo para incentivar tu progreso. Siempre hay algo que nos influye en los avances.

PD: Ya que los demás posteamos en tu blog estaria bien que postearas en los blogs ajenos. Cuestión de reciprocidad .... jejejejeje!!!! no crees?

Un abrazo.-