miércoles, 28 de noviembre de 2007

Tocando techo con los pies en el suelo: La Nada

Hay cosas que "es mejor ignorar" y otras en las que simplemente "es mejor creer".

Ignorancia y fe: Yugo y prisión de la humanidad.


Aquel que nunca ha visto mundo, que nunca ha querido ver, es fácilmente “conformable” en toda acepción de dicha palabra: Sus limitaciones lo vuelven irrisoriamente manipulable, y su máxima aspiración es una simple ilusión, su deseo reposa en la mentira del no-querer-ver.



Y entonces la curiosidad y el inconformismo no tardan en hacerse oír:


¡Que caiga el velo de la fe! - Tras sus espejismos se oculta la límpida luz de la verdad cristalina...



¿Pero no podría ser acaso la promesa de tal luz una mentira aún más grande que la propia farsa de la que se pretende huir?.


Aquel que tras derribar su muro de realidad ha vislumbrado el gélido vacío al que todo se reduce. ¿Ha de querer volver a habitar su antigua ilusión?, ¿es que puede hacerlo?.


Quien ha sentido la presencia de la gran oscuridad ve disolverse en él todo aquello que alguna vez tuvo sentido. ¡Acaso la nada sea la única verdad!, y nuestro mundo tan solo la concepción de una mentira que ilumina nuestro discurrir: por la nada, hacia la nada. Luego, nosotros mismos somos una simple mentira: La fe en ser algo aparte de -nada-.


Quizás lo mas sensato sea vivir con los ojos vendados... Pocas personas son capaces de soportar la presencia de la Nada. Y nadie que haya sentido su frío aliento a pocos centímetros de su cara vuelve nunca a ser el mismo: ¿Cómo soportar la realidad de que todo -incluso nosotros mismos- está hueco si se lo mira con suficiente detenimiento?...


Toda labor que aspira a la demolición sistemática de la mentira, al acercamiento a la verdad, tiene como fin último la propia auto-demolición. Trascenderse a sí mismo es disolverse... Y es que, después de todo, hay cosas en las que es mejor creer, y otras que es mejor ignorar...

sábado, 3 de noviembre de 2007

Determinismo caótico (o cómo este post estaba 'condenado' a existir)

1.1 Introducción:


De vez en cuando me pasa que en un intercambio de ideas comienzo defendiendo un punto de vista para acabar, tras una buena cantidad de argumentos y contraargumentos, y algo de buscar información, defendiendo a su perfecto contrario. El post de hoy surgió a raíz de una conversación con mi padre que, como suele pasar con estas cosas, acabó extendiéndose mucho mas de lo previsto:


El tema que hoy me ocupa pasó de moda, por así decirlo, hace ya muchos años. Es el del determinismo, junto con su versión más radical: el mecanicismo.


La gran temática del determinismo se puede resumir en una simple pregunta: ¿existe en el universo algún fenómeno casual o por el contrario todo responde a un principio de causalidad?

¿Existe alguna acción que no sea a su vez reacción única y necesaria de una acción anterior?


Soy consciente del profundísimo impacto que tiene la aceptación de un modelo determinista en toda regla: Si todo efecto que tienen lugar en el universo es producto de una causa anterior, solo de esta e indefectiblemente de esta, y a su vez este efecto es causa de un único efecto posterior; resulta hasta cierto punto evidente que el universo es, a grandes rasgos, el máximo exponente del “efecto dominó”.



2.1 ¿Azar sí o azar no?:


La aceptación del determinismo implica necesariamente una negación rotunda de la existencia del azar y creo que resulta de especial importancia definir este concepto, para evitar posibles ambigüedades y malentendidos:


Podría considerarse como azaroso el resultado de tirar una moneda al aire N veces, obteniendo resultados diferentes. Estamos de acuerdo, sin embargo, en que si tomamos a la moneda y su entorno como un modelo físico en el cual se tuviesen en cuenta la temperatura, la humedad, el rozamiento con el aire, la fuerza junto con su punto de aplicación y, en general, todo factor capaz de influir en el comportamiento de dicho modelo, sería posible determinar con absoluta precisión el resultado del lanzamiento de nuestra moneda, por lo que tenemos que, según la física tradicional, si en un momento dado un hipotético observador exterior al universo conociese la posición de cada átomo de este, así como todas las variables que los relacionan entre sí, sería posible calcular su comportamiento tanto pasado como futuro... indefinidamente.


Como vemos, lo que habitualmente se llama azar (tirar una moneda o dados, jugar a la ruleta...), es en realidad simple falta de información que en ningún momento infringe la ley de causa-efecto, puesto que el comportamiento del sistema considerado depende de, y está ya definido por un conjunto de variables que se alteran con el transcurso del tiempo, siguiendo una secuencia estrictamente causal.


Así pues, entiendo por azaroso a todo suceso espontáneo; que no es efecto único y necesario de una causa anterior, sino que puede tanto suceder, como puede no hacerlo; sin que este suceder se desprenda necesariamente de una causa anterior.


Por lo tanto, de momento, al título de este apartado respondemos: AZAR NO



2.2 Orden en el caos:


La afirmación de que el universo es en último termino como un gran reloj (o algún aparato mecánico similar y extremadamente complejo, de ahí el nombre de mecanicismo) ha quedado obsoleta, y a esto ha contribuido en los últimos tiempos la aparición de la mecánica cuántica.


Quiero hacer notar desde un principio que existe hoy en día un cierto “misticismo” relacionado con todo lo que lleve la etiquetaa “cuántico”. Esto es así hasta el punto de que se lo ha reinterpretado esta teoría a conveniencia, se la ha tergiversado y modificado hasta conseguir que, partiendo de la base radical de que “todo es indeterminado” sea posible llegare a conclusiones perfectamente “científicas” de auténticas salvajadas cuánticas que resultan más cercanas al tarot y la astrología, que de la auténtica ciencia.

Y que por otra parte, un simple profano en la materia como yo también está expuesto a la manipulación mediática anteriormente mencionada, quedando en ocasión como único recurso la apelación a su propio criterio -hasta que pueda acribillar a preguntas a su profe de física :D:D:D-. Amén de no estar exento de las salvajadas deterministas.


Probablemente la idea más difundida popularmente sobre la teoría del caos sea la de que “el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede causar un huracán en Nueva York”. El llamado “efecto mariposa”


El “efecto mariposa” fue descubierto por Edward Lorenz (matemático y meteorólogo) cuando intentaba crear, mediante ecuaciones diferenciales, un modelo matemático capaz de predecir el comportamiento de un sistema climatológico. Y con lo que Lorenz se topó fue que el sistema estudiado era sensible a las condiciones iniciales: Es decir, que una pequeña variación en los parametros de entrada desembocaban en comportamientos totalmente diferentes e impredecibles.

(Con la invención del ordenador fue posible computar y representar gráficamente el llamado “Atractor de Lorenz” el cual, según como se lo mire, recuerda vagamente a la forma de una mariposa)


Por tanto, existen en el universo sistemas complejos y caóticos (como el clima, el movimiento de las placas tectónicas...), los cuales dependen de numerosísimas variables interrelacionadas entre sí, por lo que resultar impredecibles y su comportamiento futuro no puede ser más que, en el mejor de los casos, estimado probabilisticamente (y ahí es donde la física cuántica brilla en todo su esplendor).

Más aún: El hecho de que estos sistemas sean tan sensibles a las condiciones iniciales imposibilitan la recreación práctica del mismo. Este hecho se confunde a veces con el de azar anteriormente mencionado, es decir, que así como en el modelo de la moneda es posible obtener el mismo resultado una y otra vez, en el modelo caótico se obtienen resultados diferentes.


Un sistema, por caótico que sea, devolverá siempre la misma salida siempre que los parámetros de entrada sean los mismos. Pequeñas variaciones darán lugar a grandes cambios, sí, pero una variación nula no produce cambio alguno.


Por lo que en el hipotético caso de que hoy pasase un huracán sobre Nueva York, y tras su paso el tiempo retrocediese 24 horas, el huracán volvería a azotar Nueva York de IGUAL manera a como lo hizo la primera vez, la misma piedrecita que voló del Central Park recorrería la misma trayectoria en el mismo tiempo en que lo hizo anteriormente, cayendo en el mismo sitio y fragmentándose de igual manera a como lo hizo antes de la regresión. (mi experimento de retroceder en el tiempo no es más que un pretexto para recrear un sistema caótico con las MISMAS variables iniciales).



El universo, dada su inimaginable complejidad, es inherentemente caótico. Pero todo caos no está exento de cierto orden, y el hecho de que un sistema se comporte de manera totalmente impredecible no significa que su comportamiento, por extraño que resulte, carezca de la relación causa-efecto de la que partimos en un principio.


Luego, la excusa del caos queda eliminada como argumento contra el determinismo. Y volviendo a la anterior hipótesis de que el tiempo retrocediese 24 horas, no solo el huracán de Nueva York, si no TODO el universo seguiría la misma evolución que se había dado por vez primera. Y aquí vienen las afirmaciones que pueden exasperar a más de uno: así como cada piedra levantada por el huracán volará del mismo modo, y cada gota de lluvia caerá de igual manera; cada célula de nuestro cuerpo se comportará de igual manera, y volveremos a pensar en Fulanito “espontáneamente” en el mismo instante en que lo hemos hecho antes. Y si alguien estaba cometiendo un asesinato, lo cometerá de igual manera. No me refiero a una aproximación, si no a una repetición idéntica de todo lo anteriormente sucedido. (Aunque con dicha regresión técnicamente nunca haya sucedido aún).


Esto es, la negación de todo libre albedrío: Tenemos tan solo la ilusión de ser libres, pero nuestras acciones y nuestra misma consciencia se encuentran ya determinadas por el gran dominó que es el universo, desde el mismísimo instante en que este estalló (o tal vez antes)...


Y se mantiene aún lo dicho por los deterministas: Si en un momento dado fuese posible conocer el estado de toda variable del universo (lo cual es, desde la perspectiva de mi último post, el concepto de verdad absoluta), sería entonces posible determinar con precisión matemática y absoluta tanto el pasado como el futuro, por muy lejanos que estos sean.


Y si la teoría del big crunch resulta cierta, quitando la ingenua presunción de que el universo se comprimirá inversamente a como se ha expandido y la historia se repetirá (y se ha repetido ya) indefinidas veces, podríamos aun así conocer la configuración de todos los futuros universos, así como los pasados, retrocediendo hasta su primer origen.


Finalmente (y tómese esto como una simple observación sin ninguna intención peyorativa) los intentos de justificar el libre albedrío mediante una sacralización irracional de las capacidades consideradas humanas (como la consciencia, la imaginación, la creatividad...), elevándolas a cotas absurdamente idealizadas resultan tan graciosos y egoístas como el de quien, observando la belleza de una puesta de sol, o la complejidad emocional de un ser humano desprende de estas la existencia inequívoca de Dios.



3.1 A modo de conclusión:


La elección entre poseer libre albedrío (con la responsabilidad que ello conlleva) o ser una simple marioneta de unas fuerzas que, por caóticas que sean, llevan inexorablemente a UN resultado posible, conforma de por sí un libre meta-albedrío por lo que cae fuera de la óptica de este post.

La cuestión es que, estemos o no determinados de antemano, se nos plantea una serie de problemáticas de carácter trascendental, moral e incluso teológico que se pueden complicar tanto como se quiera, por lo que concluye aquí este post, dejando un final abierto a una continuación que trate desde un punto de vista más humano la cuestión del determinismo...


Un saludo


Fede.

sábado, 6 de octubre de 2007

Diseccionando el conocimiento: Áreas, verdades y pragmatismo irracional

Introducción:

Hace unos días mantuve una larga conversación (por MSN... la distancia no perdona) con un amigo con el que podría decirse que llevaba años sin hablar... Desde luego ha sido una conversación increíble: recuerdos de la infancia, la alegría del reencuentro... y un curioso sistema de organización del conocimiento que surgió accidentalmente en un intento de justificar la extraña afición de un servidor aquí presente a 'pensar por pensar' y que ha cambiado radicalmente mi manera de entender el mundo...



Determinando áreas:


Imaginemos un plano. Un área abstracta en la cual se situase todo aquello susceptible de ser conocido, la propia información (en último término 'átomo por átomo') se situaría en esta área la cual ha de ser por necesidad infinita. (Por ejemplo, existen infinitos números, números irracionales, infinitos colores, infinitas distancias entre dos puntos... por lo que aún suponiendo que el universo en si mismo sea finito, el área de conocimientos no tiene porqué serlo.)


A ésta área la llamaré Área Indeterminada. El área indeterminada es un océano ilimitado de datos 'en bruto' que poseen un sentido y un orden inherente; en él existe absolutamente toda información jamás conocida y por conocer; conocimiento nunca sometido a la luz del intelecto humano.


Así pues, llamaré Área Determinada a aquella zona del área indeterminada que ha sido tocada por nuestra razón. Es esta un área finita, puesto que todos hemos de morir algún día; y segura: Por ella nos movemos habitualmente aún sin ser conscientes de ello. Es ella quien contiene todos nuestros saberes adquiridos durante toda una vida y es ella la que al expandirse nos permite trascender y realizarnos.


Nacemos en la más absoluta indeterminación y gracias a la educación recibida adquirimos un área determinada que va creciendo poco a poco. Así, por ejemplo, la visión del mundo de una persona de 30 años es mucho más amplia que la de un niño de 8, puesto que el primero posee un área determinada mucho más extensa que el segundo. Todo se reduce a una batalla del ser humano por ganar terreno al área indeterminada mediante la determinación de lo incierto.


En el área determinada se sitúa todo conocimiento del mundo y aplicable al mundo. Todo aquello que es adquirido a través de los sentidos (directa o indirectamente) y posteriormente razonado. Sueños y demás forman parte de un área separada que no pasa de la simple invención humana para humanos. Esto es, imaginación aplicada a la propia imaginación, y así sucesivamente si fuese necesario, sin alcanzar nunca a formar parte del mundo real ni tener una aplicación en este.


Ahora bien, ¿cual es el 'principio' mediante el cual se produce la determinación de la información?.

¿Qué clase de 'fuerza' permite desvelar el mundo, iluminarlo y descubrirlo, y obligarlo luego a cristalizar de una manera aprehensible a nuestra mente?


Es lo que yo llamo Área Supersegura (se mantiene el nombre que adquirió en su momento esta área para salir del paso, por cuestiones de pura nostalgia).


El área supersegura es un pequeño reducto el cual posee verdades que son verdaderas por sí mismas. Núcleo del pensamiento racional y herramienta fundamental para alcanzar conocimientos que al menos resulten coherentes consigo mismos, dota de cohesión al contenido del área determinada y es por ello que nos permite ir 'ganando terreno' al área indeterminada de manera secuencial y estructurada.


El área supersegura está compuesta por lo que llamamos 'verdades de la lógica', matemáticas y demás conocimientos y métodos de conocimiento ciertos por sí mismos e inmutables, capaces de describir el mundo.


Resumidamente, podemos decir que todo conocimiento existe en el área indeterminada, la cual es infinita; dentro de ella, algún pequeño retazo de la misma es entendido por nosotros, y esta es el área determinada; el área supersegura es un caso aparte: Ella es una suerte de 'manual de instrucciones' que contiene las reglas del juego que mantienen al universo en pie. Ellas son ciertas por sí mismas en tanto y en cuanto que se desprenden de y se aplican a la estructura misma del universo.


A continuación expongo un dibujo muy simple y tosco pero que espero sirva para aclarar un poco los conceptos expuestos:





Un poco de caos:

El universo es caótico. El área indeterminada posee su propia razón de ser, pero de una manera que resulta desordenada ante cualquier observador de cualquier área determinada.

Consideremos a la entropía como la medida de desorden dentro de un sistema de información: El universo tiende al caos: Su entropía va en aumento y nosotros no somos más que máquinas sistematizadoras que buscan contrarrestarlo; somos simples focos de baja entropía que se mantienen en funcionamiento gracias a un fragilísimo equilibrio dentro de un entorno en el que todo tiende a 'desmadrarse'.



Extrapolando áreas:


El progreso humano es innegable: El área determinada de una persona media de hoy en día es muchísimo mas amplia que la de una persona de hace mil quinientos años. Gracias a la cultura, generación tras generación hemos sido capaces de aumentar un par de 'centímetros cuadrados' el área determinada por lo que cada nueva generación nace en un entorno en el que el área determinada existente resulta cada vez más amplia.


Si hiciésemos una superposición de todas las áreas determinadas del mundo lo que obtendríamos sería el área determinada de la especie humana (algún romántico la llamaría internet), la cual poseería la misma área supersegura, pero abarcando un área determinada mucho más extensa.


El hecho de que estas áreas puedan formar un todo y perdurar podrían dar la idea de que el área determinada puede aumentar indefinidamente y por lo tanto ser infinita, y a pesar de que la cantidad de conocimientos determinados en ella fuese muy superior a las capacidades de una sola persona (cosa que por cierto, lleva años sucediendo), como especie podríamos tener un acercamiento considerable a la Verdad. A pesar de todo, tengo mis serias dudas sobre el hecho de que la especie humana sepa perdurar indefinidamente..



La Verdad:


La gran aspiración del ser humano ha sido desde hace miles de años el alcanzar la Verdad... Mucho se ha escrito sobre ella, se la ha aceptado, negado (cayendo así en paradojas), relativizado... pero siempre se la ha perseguido directa o indirectamente.


Una vez expuesto el modelo de áreas, mi definición de verdad es la siguiente:


VERDAD: Todo conocimiento coherente dentro de un sistema de información


Y dado que todo conocimiento está contenido dentro del área indeterminada la cual es infinita, se desprende de esta definición que la obtención de una coherencia absoluta es del todo imposible desde nuestra área finita, y por lo tanto el universo en sí mismo es Verdad. Pero nosotros que somos tan solo una parte, nunca podremos vislumbrar el todo.


Aún así, podemos cuantificar la verdad de un conocimiento si la consideramos como el grado de coherencia de un conocimiento dentro de un sistema de información determinado. Siendo esta verdad inherentemente relativa y tan solo útil como medida de fiabilidad dentro de un entorno finito previamente determinado.


Luego, cada 'átomo' de información ha de ser necesariamente verdadero, de otro modo no existiría; y ya que esta verdad por necesidad no vuelve a darse hasta que tomamos al área indeterminada como un todo, nosotros, pobres desdichados que estamos entre medio de ambos extremos, nunca podremos ir más allá de la simple certeza.



Área determinada dinámica:


En un área determinada ideal, las reglas del área supersegura dotarían de una cohesión absoluta al todo con el todo, en este hipotético caso todo conocimiento del área determinada sería verdadero dentro de esa propia área. En la práctica esto no sucede así, ya que a pesar de disponer de un área supersegura, muchísimos conocimientos de nuestra área determinada no son tan coherentes como creemos.


Cada 'centímetro cuadrado' de área determinada que ganamos requiere de un esfuerzo titánico para conservar su coherencia respecto a un área cada vez más grande; este esfuerzo crece exponencialmente a medida que aumenta la propia área a mantener y esta tarea acaba por volverse irrealizable frenando todo progreso.


Dado que somos seres falibles, a pesar de todo decidimos seguir adelante, ignorando las posibles brechas en nuestros conocimientos que en aquel momento no suponen ninguna amenaza a la coherencia del área en su totalidad.


Pero la sensación de verdad dentro del área determinada no es más que una mera ilusión y en cuanto asumimos una nueva parte del área indeterminada , esta es capaz de modificar otras partes previamente determinadas y dadas por inamovibles hasta entonces. Es posible que ese nuevo fragmento haya hecho patentes las brechas ignoradas hasta entonces, o directamente haya derribado buena parte de nuestras creencias que sobre ellas se erigían.


O simplemente es un recordatorio de que nuestra Verdad no es La Verdad, y que si queremos seguir avanzando, adaptar el entorno a nuestra manera de entender no es el camino a seguir.


Por lo tanto, en un momento dado, sea como sea nuestra área determinada , existen dentro del área indeterminada infinitos conocimientos capaces de derrumbarla en su totalidad.

El grado de verdad de todo conocimiento del área determinada simplemente tiende a cero en el momento en que admitimos que los conocimientos del área indeterminada son capaces de modificar a esta.


Por lo tanto, todo comportamiento racional es, en esencia, irracional; e irracionales son aquellos que aseveran que la razón es su más alta guía de acción y mediante ella todo es alcanzable (Incluida La Verdad).


Luego, la base de toda acción o pensamiento humano es irracional en sí misma, ya que por muchas consultas que hagamos al área supersegura, nuestra residencia es y será la 'nula' área determinada, y las verdades “racionales” del área determinada resultan un poco más fiables que las verdades sensoriales, pero en última instancia ambas tienden a cero; ambas resultan igual de falsas por estar dentro de un marco que no tiene ningún sentido ulterior, y por lo tanto no encuentro ningún argumento racionalista capaz de desvirtuar la validez de las emociones frente a la fría razón.



Área supersegura intercambiable:


El hecho de que el área supersegura del ser humano contenga verdades inamovibles coherentes con el área indeterminada es bastante nuevo. En la antigüedad el área supersegura poseía principalmente a la religión y todo tipo de verdades 'evidentes' que luego se demostraron falsas. El área supersegura se basaba principalmente en la observación, el sentido común y la necesidad de creer del propio ser humano para contrarrestar su desamparo en este mundo.


Una persona que basa su área determinada en un área supersegura fundamentada en la religión seguramente será capaz de obtener un área determinada amplia y 'segura', pero siendo la precursora de esta área una idea típicamente humana, desde luego está sacrificando todo posible progreso que permita obtener resultados aplicables al mundo a cambio de obtener tan solo un nivel mayor de 'seguridad' (verdad relativa en último término) que en teoría lo hará más feliz. Elige vivir en un sueño en vez de salir a la fría indeterminación y hacer su esfuerzo por asimilarla de manera lógica.


También sería posible dudar de nuestra propia área supersegura (dudar de la universalidad de la mismísima lógica), entonces ya nada tendría ningún sentido y estaríamos en el desamparo más absoluto, y absolutamente todo sería una simple ilusión, un invento humano, hecho por humanos y para humanos...

Pero a pesar de esa duda tan macabra, el área supersegura actual (de la lógica) se ajusta demasiado bien al propio funcionamiento del universo como para ser tan solo un invento humano infundado...


Cada uno elige como gastar su vida, y tan lícito es hacerlo por el camino de la ciencia más radical como por el de la religión, como creyendo en Santa Claus, pero dado que vivimos en un mundo en el que todo se reduce a lo que nos es útil en la practica, desde luego creo que ya es hora de archivar esas antiguas áreas superseguras que no sirven de nada excepto de consuelo del hombre temeroso y asustado y adoptar aquella que nos ayuda a mantener la ilusión del progreso y que, de paso, nos puede ayudar a hacer nuestras vidas un poco más tolerables. (Dicho de otra manera: Si todo es un sueño, prefiero ser parte del gran sueño del universo que de un simple sueño ideado por mentes humanas...)


Quien sabe, tal vez continuará,,,,




Un saludo


Fede.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Diseccionando el engaño: Triste biopsia de la estupidez humana

Introducción:


Resulta entre cómico y triste lo fácil que es engañar a la gente... cómico el ver al engañado como un pollo, cacareando felizmente en su ilusión; triste por el gran numero de personas que, hoy en día, prefiere no abrir los ojos y acepta voluntariamente vivir engañada... ¿Necesitamos ser engañados? ¿Tanto nos gusta?... ¿Dónde está el supuesto progreso?...



Una cuestión de educación:


Siempre ha sido así... somos víctimas de nuestra formación, puesto que de ella exclusivamente depende nuestra capacidad para identificar y combatir a aquellos que pretenden aprovecharse de nosotros, aquellos que sin piedad alguna esgrimen el negro acero de obscuros argumentos velados y parásitos... Argumentos con los que desde siempre nos han engañado y manipulado a voluntad.


Toda persona que haya desarrollado el uso de algún lenguaje posee, en mayor o menor medida, un marco moral, una serie de criterios que conforman una escala de valores mejor o peor estructurada a través de la cual sopesar la información recibida y obtener conclusiones al respecto, pero a pesar de esta capacidad de juicio, en cuanto juntamos a unas cuantas personas que comparten cierto punto de vista, ocurre algo realmente curioso:



Dios los cría y ellos se juntan:


Una gran masa de gente es tremendamente propicia a la sugestión, en cuanto alcanza ciertas dimensiones, la objetividad de la inteligencia de sus individuos parece volverse inversamente proporcional a su tamaño, en detrimento de una 'consciencia colectiva' que encaja más cómodamente bajo el nombre de estupidez colectiva... Mirad sino al fan enardecido del partido de fútbol, al seguidor tontamente ciego de aquél partido político, a aquellos capaces de somatizar todo tipo de trastornos físicos en pleno éxtasis religioso, o bien sufrir una experiencia religiosa en el concierto de su grupo trastornado favorito...


Hoy por hoy, gracias a la globalización y los innumerables canales de comunicación que esta nos brinda, el mundo entero se ha convertido en algo que bien podría describirse como la acumulación de estupidez más grande de todos los tiempos, un rebaño de dimensiones descomunales, absolutamente inconcebibles hasta hace unos pocos años.


Ahora bien, ¿recae en la globalización misma la culpa de esta tontería?. Ella es directamente culpable de influir indirectamente en este fenómeno, simplemente magnificándolo; es una herramienta, y como tal la eximo de toda culpa.

Como contraparte también es ella la 'culpable' de nuestro exponencial progreso científico y tecnológico... Está más que constatado: el caudal de información, cuanto más amplio mejor; el 'inconveniente' pues, parece recaer ahora en la imposibilidad de regulación dentro de la libre circulación de dicha información. Pero la libertad de expresión es absolutamente fundamental, por lo que la eximo de toda culpa.


Y si nos remontamos a sus orígenes, esta estupidez no es más que una consecuencia provocada por emisores de información contaminada, por mentes corruptas y desaprovechadas, seres humanos que, muy resumidamente, pueden ser considerados o bien como tontos o bien como cabrones, o bien ambas cosas.

(Nótese la particular tendencia de ambas virtudes a confluir y exaltarse en ciertos presidentes de grandes superpotencias)



Ataduras del pasado:


Resquemores aparte, el hecho es que el pensamiento racional es relativamente nuevo entre nosotros, y a pesar de que hemos logrado avances y proezas nada despreciables, seguimos irremediablemente atados a gran cantidad de ideas arcaicas y vicios, de supercherías y prejuicios, de creencias infantiles y valores obsoletos... Un yugo milenario que hace siglos perdió su razón de ser (si es que alguna vez la tuvo) y aún así nos lastra contra toda aspiración de realización y progreso.


Cuando esta particular colección de reliquias es lo suficientemente amplia, esta manera atávica de entender el mundo es inoculada al recién nacido mediante su educación... Tenemos entonces un niño que, desde su infancia, es el perfecto embrión de tonto, criado para ser una oveja más del rebaño, aquél que se dejará corromper y así mismo corromperá, ocasionalmente y por pura negligencia, a otros tontos colindantes. Y esta es la más abundante de las especies, ellos son los que carecen de criterio propio y objetividad, los que aún teniendo lo peor están convencidos de tener lo mejor, mientras son explotados ya rutinaria y descaradamente una y otra vez por hordas de cabrones ávidos de sangre.

Y la historia se repite, y se repetirá...


Por otra parte, la motivación del magnífico cabrón es puro egoísmo, él ha tenido también su escala de valores, mas, en vez de hacer lo posible por mejorarla (abogando por un bien común), o conformarse con la impuesta como el tonto, el simpático cabrón la ha destruido, o simplemente ha decidido que no le hace falta y la ignora, por lo que sus acciones carecen de toda reflexión susceptible de desencadenar remordimiento, el cabrón pues, corrompe en beneficio propio, y ciertamente este lobo es un gran aficionado a la caza de ovejas...

(También podría darse el caso de que la escala de valores del cabrón exista y funcione, siempre y cuando esta haya sido lo suficientemente cabrona desde el momento en que su marco moral comenzó a tomar forma).


Tradicionalmente el mundo ha sido poblado mayoritariamente por tontos, y los pocos cabrones que surgieron se hicieron de inmediato con el mando del rebaño. Y han hecho un gran trabajo: han conseguido que esta atontada estirpe se perpetúe y crezca indefinidamente, regodeándose en su propia imbecilidad; aún hoy en día, a pesar de la gran cantidad de información a la que tenemos acceso, estos mismos cabrones recurren al engaño y lo reinventan de mil y una maneras tan imaginativas como crueles; ya no es suficiente con vendernos un montón de ideas dogmáticas para obtener un ejército de acólitos serviles, puesto que el criterio indudablemente se ha agudizado en todos estos años (y a pesar de todo dudo de mis palabras, ya que este método tiene aún en la actualidad un éxito escalofriante).


Antaño las ovejas se sentían alegres de serlo, buscaban cobijo en el grupo y esa seguridad era su principal razón de ser; hoy en día, las modernas ovejas del siglo XXI necesitan creer en un paradigma de libertad dentro del cual todo ocurre como ellas quieren. Todos quieren los beneficios del rebaño, pero nadie quiere ser uno más. Todos quieren su libertad, pero les aterra la responsabilidad que esta conlleva. Y desde luego los grandes cabrones no han hecho esperar a estos tontos y les han dado exactamente lo que (previamente les han hecho creer que) querían, los tontos son 'felices' en su nube, los cabrones mucho más. Es un espectáculo sinceramente penoso...



Rompiendo esquemas:


¿Y qué podemos hacer contra esta dinámica explotadora? Lo primero desde luego es abrir los ojos y tomar consciencia de lo que está pasando. Hemos de desarrollar una mente crítica y unos criterios propios, dignos del siglo XXI, dejando a un lado aquellas pesadas antiguallas que en contra de lo que nos quieren hacer creer, no por ser ancestrales son más ciertas ni mucho menos útiles, y hemos de procurar que nuestra escala de valores sea justamente nuestra, y no una nueva copia del arquetipo ovino de pensamiento. Atrevámonos a pensar por nosotros mismos, superemos de una vez esos miedos infundados inculcados desde siempre y no dudemos en cuestionar a la autoridad cuando esta carece de sentido alguno. Y nunca dejemos que nadie nos imponga su manera de entender el mundo. Cada uno ha de tallar su propio prisma utilizando al resto del mundo como referencia, como modelo a no-seguir con unas pocas honorables excepciones...

Y en cuanto alcancemos el equilibrio justo, en cuanto tengamos toda la inteligencia del cabrón y toda la inocencia del tonto, entonces podremos realmente considerar que hemos trascendido y formamos ahora parte de una especie muy escasa, una especie que acaba de nacer de las cenizas del inconformismo. Nietzsche lo llamaría el superhombre; yo, que acabo de rebajar a animales a gran parte del planeta, me conformo con llamarlos personas.



Fede.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Abismo Interconsciencial: Communication Breakdown

Introducción:


El tema que hoy me propongo abordar es el de las relaciones interpersonales, enfocando la atención especialmente en aquellos factores que propician la ruptura de la comunicación en las mismas.



Entiendo por relación interpersonal cualquier tipo de vínculo mental y afectivo establecido entre dos personas (salvando así el abismo que separa ambas consciencias) en el que se intercambia información y sentimientos que (cuando todo va bien) estrechan aún mas la propia relación.



Me refiero principalmente a la amistad, aunque también sea posible extrapolar las conclusiones al campo amoroso, a las relaciones familiares, e incluso a la política internacional.



El duro pero delicado Árbol de la Amistad:


Como suele decirse, la amistad es un árbol que requiere de nuestros cuidados más afanosos y de una dedicación sólida y constante. Tras verter en ella años y años, se convierte en una imponente mole fundamentada esencialmente en la apreciación sincera y el respeto mutuo.



Pero así como el árbol centenario capaz de resistir un huracán muere si sus raices son envenenadas, haré un repaso sobre los factores capaces de acabar con el Árbol de la Amistad, más específicamente comenzando por aquellos cargados de malas intenciones.



El Árbol de la Amistad: Presentando el Kit de Tortura


Muchos son los factores capaces de convertir una buena amistad en poco más que un montón de cenizas humeantes, el que merece el primer puesto, sin lugar a dudas es la MENTIRA. Me refiero a la mentira consciente, fría y premeditada.

Desde luego, siendo la transparencia el pilar fundamental de toda relación persona-persona, mentir es una puñalada trapera, es ácido en las raíces, la muerte de su esencia misma que deja un yermo e inhóspito paisaje donde antaño florecían alegres sentimientos...




En segundo lugar tenemos a la ENVIDIA, los CELOS, el EGOÍSMO y el RENCOR, que resultan un atentado en toda regla contra cualquier aspiración a un respeto mutuo, imposibilitando la igualdad y además evidenciando que algo falla en la percepción de la persona que los sufre.

Considero a la VENGANZA (habitualmente sin justificación racional) como la manifestación práctica de estos sentimientos, como verdugo y mano ejecutora de la destrucción causada por los mismos.



En tercer lugar tenemos al ORGULLO, la SOBERBIA de aquel que infundadamente se cree superior, anteponiendo su interés ante todo, poniendo sus necesidades por delante y nunca mirando a través de los demás.

El orgullo suele desembocar también en INTOLERANCIA; juntos arremeten contra el respeto mutuo y sobre todo, imposibilitan la apreciación sincera de la persona que tenemos delante, cegando a quien los padece mediante el negro velo de un endiosamiento ridículo y ficticio.




En cuarto y último lugar se encuentra el INTERÉS que al ser totalmente antagónico a la amistad, da lugar a una amistad unidireccional en la que la víctima cree en una reciprocidad del todo inexistente, mientras que el interesado obtiene sus beneficios.

El interés suele conducir al VAMPIRISMO EMOCIONAL capaz de secar y destruir totalmente a una persona, o según las intenciones, puede resultar peligroso para el bolsillo del pobre incauto.




Resulta chocante hablar de las grandes virtudes de una buena Amistad, para exponer a continuación todo un kit de tortura con el que acabar con ella. No tiene ningún sentido, dentro del marco de la amistad, recurrir a toda esta parafernalia inquisidora que no lleva más que a la destrucción...



El Árbol de la Amistad: La Muerte Dulce


Sin embargo, lo que acaba siendo un gran incendio, a menudo comenzó como un pequeño chispazo, y lo que puede acabar en una espiral de destrucción imparable, suele nacer gracias a un factor sutil, el cual suele pasar inadvertido y normalmente carece de toda mala intención. Y aquí precisamente es donde reside su gran peligrosidad...



El factor sutil por excelencia es, indiscutiblemente, la TENSIÓN ACUMULADA.


Es francamente sorprendente ver como a veces surge un conflicto entre dos supuestos 'grandes amigos', y resulta pasmosa la sangre fría con la que se tratan, pasando de ser 'amigos del alma' a 'peores enemigos' en segundos, sufriendo una transmutación tan bestial y repentina que resulta del todo inverosímil.


La tensión acumulada es el factor desencadenante, y al mismo tiempo, un largo proceso en el que se gesta la negatividad, que permanece latente hasta el día que cae la gota que colma el vaso.



Callar esos 'pequeños detalles' que nos desagradan, ceder un pasito de terreno para nunca recuperarlo, dejar cabos sin atar y no expresar nuestras necesidades, deseos y sentimientos (o que estos no sean oídos) son acciones que constituyen una auténtica bomba de relojería que lleva inevitablemente a grandes hostilidades, a un odio totalmente irracional el día en que explota.


El gran peligro radica en el hecho de que la tensión acumulada no suele hacerse patente hasta que es demasiado tarde... Cada vez es mas habitual ver la 'típica noticia' que reza aproximadamente así: “Un hombre mata a 15 personas y se suicida posteriormente. El barrio entero está conmocionado, y los vecinos, quienes lo describen como un joven 'muy sociable, simpático y totalmente normal', aún no dan crédito a lo ocurrido".

Aún sin ser tan extremistas, la tensión acumulada suele ser razón más que suficiente para echar mano del kit de tortura previamente expuesto y utilizarlo sin un ápice de remordimiento.


La tensión acumulada ha de ser erradicada de raíz, y la principal arma contra ella es la COMUNICACIÓN. Hay que plantear las diferencias de manera adecuada en el momento adecuado, y sobre todo NUNCA tragarse los problemas. Si la otra persona no sabe escuchar, la cuestión puede volverse bastante más peliaguda, ya que entonces hay un doble trabajo por hacer...


Así pues, hablemos las cosas a tiempo, en su tiempo y planteándolas desde un punto de vista asertivo, y mientras prime la buena fe entre nosotros, conseguiremos enriquecernos y convivir en paz.


Un saludo...


Fede.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Diseccionando la felicidad: Una alegre autopsia

Introducción:

Es algo tan natural como el respirar en un ser humano el preguntarse por su propia felicidad.


¿Por qué sufrimos?, ¿Estamos condenados a vivir? ¿Es la felicidad algo más que una simple utopía prometida por religiones y explotada despiadadamente por grandes plagas de libros de 'autoayuda'?


Ahondaré el tema de la felicidad (aún arriesgándome a ser tachado de pretencioso) desde un punto de vista puramente racional, dando argumentos lógicos y procurando no recurrir a ningún tipo de floritura pseudoromántica (más propia de la mística y de la lírica que de una reflexión lógica y coherente) que tan solo sirve para embellecer un texto y dotarlo de una cierta complejidad aparentemente trascendental que lo haga más creíble ante ojos incautos sedientos de respuestas, a costa de reducir drásticamente su calidad y claridad.


Intentaré explicar, de la manera mas sintética posible, pero sin perder generalidad, lo que entiendo por felicidad (realmente felicidades), procuraré definirlas tanto como me sea posible para analizarlas y aplicar las conclusiones obtenidas a la práctica, condensándolas en una serie de pautas de comportamiento y pensamiento sostenibles que, idealmente, puedan servir como guía de acción.


Dualidad Humana:


El ser humano es dual. Su pensamiento es dual por naturaleza. Desde el día en que su ego despierta y la persona toma consciencia de si misma, comprende que es 'algo' delimitado, separado del resto del universo.


Y aunque con el tiempo obtenga una visión cada vez mas amplia del entorno que lo contiene, nunca cesa en su empeño de creerse único, diferente.


Nos resulta especialmente complicado entender la posibilidad de que nuestro universo no tuvo un inicio (si no que existió siempre) y que a su vez puede carecer de final. Lo mismo sucede con la dificultad innata para entender que hay (o no hay) más allá del universo y conceptos matemáticos como el de infinito.


Si no existiese el mal, tampoco tendría sentido hablar del bien como se hace habitualmente. Entendemos la vida y la muerte como polos opuestos... y así los ejemplos son inacabables.

La organización dualizadora es una herramienta básica de la lógica estructuradora de nuestra mente. Ya sea por cuestiones evolutivas, culturales, o por razones que escapan a mi conocimiento, nuestra mente suele ser ineficaz a la hora de trascender más allá de la dualidad y pensar en términos absolutos.


De hecho, nuestra manera de pensar se rige en el día a día por esta dualidad, por el contraste entre 'polos' y la diferencia gradual de los mismos:

Si me gusta/sirve/conviene es bueno; si no, es malo. Matizo gradualmente y actúo en consecuencia.


Pero en ocasiones, la moneda de dos caras que tanto nos facilita la vida, puede resultar también un hacha de doble filo; y como tal, ha de ser tratada con sumo cuidado a la hora de utilizarla, ya que en (demasiadas) ocasiones el verdadero conocimiento se oculta tras una fachada evidente, pero finalmente falsa.





Dos Felicidades:


Tras esta introducción, trataré principalmente con los conceptos de felicidad dual y felicidad absoluta. Teniendo ambos en común poca cosa más que la primera palabra que los denota.


La felicidad dual es la que normalmente nos pasamos toda una vida persiguiendo infructuosamente, es una pieza realmente interesante dentro de la numismática de valores, me referiré a sus dos caras de ahora en adelante simplemente como felicidad, llamando a su opuesta infelicidad.


La dualidad felicidad-infelicidad se encuentra profundamente arraigada a la manera occidental de pensar: Para alcanzar la felicidad hay que ser asquerosamente rico, tener posesiones materiales valiosas, terrenos... Más es mejor (por tanto, menos es peor), y esto nos lleva a una espiral insaciable de consumismo que, como está más que demostrado, a largo plazo nunca conduce a la satisfacción.


Es la fiebre consumista, el materialismo más acérrimo, la superficialidad elevada a su máximo exponente y el dinero ascendido al mismísimo nivel de un Dios lo que nos lleva constantemente a pretender 'comprar' la felicidad. Pero aspirar a alcanzarla no deja de ser una pueril utopía, puesto que la dualidad inherente del concepto hace imposible obviar una de las dos caras del mismo mientras exista la otra.


Cuando observo a mi perro, dudo seriamente que sea desdichado... puede estar mirando la televisión, mirando la galleta que tengo en la mano o con la mirada perdida en el vacío. En ningún caso observo en él el menor atisbo de infelicidad. Por lo tanto, deduzco que mi perro se encuentra en un estado ajeno a la felicidad dual, tan diferente de ella tanto como lo es un diamante de un trozo de vidrio. Mi perro es feliz, puesto que es un ser despierto, vivo, siempre dispuesto a dar cariño y porque no, simpático. Pero no es feliz desde una concepción dual; Mi perro es absolutamente feliz.


La felicidad absoluta es, por lo tanto, la felicidad original, unilateral y autocontenida, la que no depende de ningún otro factor contrapuesto para salir a relucir, es la que manifiesta mi perro limitándose a existir y la de un niño de pocos meses que contempla el mundo fascinado, aún sin haber caído en la desdicha dual.


La felicidad dual, en cambio, no es más que un frágil equilibrio que en vano intentamos decantar hacia la felicidad, pero que constantemente cae hacia la infelicidad.




Poniendo las cosas en su sitio:


Pero teniendo clara la distinción entre felicidad dual y felicidad absoluta... ¿Dónde empieza una y dónde acaba la otra? Tomaré como paradigma de la felicidad absoluta a mi perro, y a mí mismo como representante de una humanidad dualmente infeliz.


Para compararnos, utilizaré la Pirámide de Maslow, que consta de 5 peldaños que definen las necesidades básicas del ser humano, a saber: Necesidades fisiológicas, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento y finalmente, de autorealización.


Los primeros tres peldaños (Necesidades fisiológicas, de seguridad y de afiliación) son comunes a mi perro y a mí, también son los de un niño que acaba de nacer. El 'problema' surge en el cuarto, y sobre todo quinto peldaño (que en la pirámide de Maslow es más vago y general que los cuatro primeros), que es donde comienza a manifestarse el potencial humano que desemboca en la dualidad.


La infelicidad surge fundamentalmente por cuatro factores que en un momento u otro, siempre se vuelven en nuestra contra:


  • Las expectativas propias (Que propician frustraciones, fracaso, impotencia frente al mundo,,,)

  • Las expectativas ajenas (Que nos hacen susceptibles de sentir decepción, inconformidad, vacío y despertar emociones como la ira y la venganza...)

  • Las expectativas de futuro (De las que surgen miedos, inseguridades e incertidumbre paralizante)

  • El pasado reprimido o no asumido (Que nos ata, nos persigue y nos impide avanzar, causando sentimientos de culpa, impotencia, odio...)


Teniendo claros estos cuatro factores fundamentales, resulta trivial el problema planteado por la felicidad dual: Lo que yo propongo es erradicar la dualidad, suprimir los factores susceptibles de hacérnosla experimentar, eliminando así la posibilidad de sentir infelicidad, y, a pesar de sacrificar también la felicidad en este ataque, obtener una recompensa más valiosa aún: Felicidad absoluta, original y unilateral.

Aniquilando la Dualidad:


  • Las expectativas propias surgen de actuar con resultados en mente. Es tener la vista fijada en la meta y no pararse a contemplar el camino; de hecho, ni siquiera tomar consciencia de este.

    No pretendo de ninguna manera defender que no hemos de tener metas en nuestra vida, ni mucho menos que estas sean secundarias. Si no que, una vez propuesta dicha meta, uno ha de concentrar todos sus esfuerzos en alcanzarla dándose cuenta de que no es necesario desperdiciar tiempo y energía en un anhelo constante, evitando juzgar nuestra actuación y cargarla de una inmerecida trascendencia que puede conducir a la infelicidad. Si uno tiene la seguridad de estar dando todo de sí en el camino que trazó inicialmente, no tiene porque juzgarse, no hay razón para mirar el final, lo sensato es centrar todos los esfuerzos en el camino y, al llegar a la meta sin expectativa alguna, tomar consciencia de que las cosas simplemente son, y que no existe razón alguna para juzgarnos, frustrarnos o sentirnos más (o menos) exitosos mientras tengamos la seguridad de habernos esforzado al máximo.

  • Las expectativas ajenas surgen de la esperanza (y el engaño) de que los demás piensan igual que nosotros.

    No sería una solución sostenible el eliminar todo contacto interpersonal, pero para evitar este tipo de expectativas, lo mejor es comprender desde un principio que nadie piensa exactamente igual que nadie; luego, uno ha de comportarse de manera juiciosa: No des ni más ni menos de lo que recibes a no ser que al hacerlo alcances cierto equilibrio interno no susceptible de desembocar en infelicidad.

    Al actuar de una manera impersonalmente objetiva y justa, se evita caer en falsas esperanzas, autocrítica o crítica ajena y, llegado el caso de sufrir una 'injusticia' por parte de otra persona, dada la limpieza de consciencia por nuestro propio comportamiento, no se han de desperdiciar esfuerzos en recriminaciones, si no aprender de los errores y no volver a caer en ellos.

  • Las expectativas de futuro producen miedo. Miedo a la incertidumbre, o a certezas negativas. Teniendo en cuenta que el futuro no está inequívocamente determinado, cualquier preocupación por él es un derroche innecesario de energía. El futuro pues, no se ha de visualizar y vivir como el presente. Nunca se ha interpretar como un cúmulo de oscuros sucesos por venir, ni tampoco suavizarlo artificialmente. De hecho, lo mejor es no interpretarlo: Contemplarlo de manera objetiva y sabiendo que nada se puede dar por hecho, utilizándolo para afinar nuestras metas y predecir posibles contratiempos durante el camino, pero nunca dando por supuesto un hecho aún por ocurrir.

  • El pasado reprimido o no asumido es una peligrosa atadura. La manera de tratar con él es asumiéndolo. tomando tanto lo bueno como lo malo, puesto que nosotros somos, en gran parte, la superposición del gran cúmulo de experiencias que nos han llevado hasta donde estamos en este mismo instante. Reprimir lo negativo no lleva más que a tensiones acumuladas, a traumas y a una 'tranquilidad' que mucho tiene de autohipnosis. Nosotros somos nuestro pasado. Negar el pasado es negarse a uno mismo, odiar el pasado es despreciarse a uno mismo. El pasado no puede ser cambiado de ninguna manera, por lo tanto no tiene sentido vivir con un pie en él, sufrir por él.

    Aquel que vive en su pasado, más que dedicarse a sumirse en su melancolía y torturarse, debería de reflexionar y preguntarse qué podría hacer para mejorar el presente. Teniendo claro esto, nos aseguramos de que estamos yendo siempre a mejor.

  • Finalmente, dado un caso lo suficientemente extremo como para producir una infelicidad más fuerte que la voluntad propia de evitarla, tan solo el tiempo es capaz de dar una perspectiva lo suficientemente amplia como para contemplar el problema, asumirlo, racionalizarlo y aceptarlo.



Conclusión:


...Y cuando hemos acabado con la felicidad dual, la felicidad absoluta sale a relucir. Pues es la felicidad espontánea, la que existe por el simple hecho de respirar, por ser conscientes de que somos conscientes, por la alegría de vivir y existir que nos hace fijarnos en esos 'pequeños detalles' en los que, como suele decirse, se encuentra la verdadera felicidad.





Y ahora, si alguien ha llegado hasta aquí (cosa que dudo seriamente) aprovecho para mandar un GRAN saludo a APM, ya que sin sus conversaciones nunca se habría producido el chispazo que acabó convertido en este texto, y a mi perro, por ser tan mono de cara.




Fede.